Manejo del duelo

 

El duelo es una proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de la salud, pérdida del trabajo, separaciones, divorcios,...)

 

Toda pérdida significativa entraña la necesidad de elaborar un proceso de duelo. 

 

En esta ocasión nos vamos a centrar en el proceso de duelo al que se enfrenta la persona ante la muerte de un ser querido.

 

MUERTE Y DUELO

 

La muerte forma parte de este viaje que es la vida, es su culminación, y a cada persona, como si se tratara de un equipaje, le pertenece una. Esta realidad no se puede negar y además se desconoce el modo en el que va a suceder. Esta situación de incertidumbre debe impulsar al ser humano a disfrutar de la vida y de cada uno de sus momentos.

 

El duelo es un proceso normal, es una reacción adaptativa natural, con una limitación temporal y una evolución previsiblemente favorable. Es un acontecimiento vital muy estresante, que tarde o temprano hemos de afrontar. Aunque, cada persona lo vive de una manera, las características que definen los procesos de duelo son: la gran intensidad de las emociones y sentimientos (tristeza, ansiedad, impotencia, shock, irrealidad, enfado, confusión,...), el carácter definitivo e irreversible de la pérdida y pensamientos sobre la propia muerte.

 

Además, hay que señalar que si bien la muerte afecta a todos los seres humanos, sea cual sea su edad y condición, ésta es vivida de modo diferente según la etapa vital en que se encuentre la persona. Así, tanto la propia muerte como el proceso de duelo por otra persona son vividos con características peculiares según la edad. En niños las manifestaciones del duelo se caracterizan por un mayor componente somático (quejas de dolor físico o enfermendades) y por problemas de conducta. En los adolescentes las manifestaciónes son similares a las de los adultos, aunque en los más jóvenes predomina el malestar fisiológico (dolor de cabeza, estómago,...) y en los mayores predomina el malestar psicológico (por ejemplo, baja autoestima). 

 

Por otra parte, el proceso de duelo también depende de las características del deceso en sí. Por ejemplo si es una muerte que sucede tras una larga enfermedad o si se ha tratado de un accidente repentino. En el primer caso, lógicamente ha habido un tiempo de asimilación y adaptación que no ha podido suceder en el segundo, a su vez también las características de las posibles secuelas psicológicas variarán de uno a otro caso.

 

La evolución de un proceso de duelo no depende únicamente del paso del tiempo sino también del trabajo que se realice en ese tiempo. Es un proceso ACTIVO.

 

 

¿CUÁNDO SE DEBE ACUDIR A UN ESPECIALISTA?

 

Los trastornos que acompañan al duelo no tienen nada de anorma, sin embargo hay algunos síntomas que deberían hacer que acudiésemos a un profesional si su presencia continuada nos incapacita: 

 

- Sentimientos de culpa muy intensos.

 

- Pensamientos de suicidio.

 

- Desesperación extrema.

 

- Inquietud o desesperación prolongadas.

 

- Síntomas físicos.

 

- Ira controlada.

 

- Dificultades continuadas de funcionamiento.

 

- Abuso de sustancias.

 

Al menos cuatro factores intervienen para incrementar el riesgo de enfermar como consecuencia de una pérdida, pero no por el hecho de la pérdida en sí, sino por los cambios de comportamiento de la persona:

 

1- Cambios en los hábitos de salud del superviviente.

2- Negligencia ante signos precoces de enfermedad.

3- Manejo inapropiado o descuido de enfermedades previas.

4- Ausencia del cuidado que solía ser provisto por el difunto.

 

 

SIGNOS DE RECUPERACIÓN

 

La intervención terapéutica que se realiza en el Centro Comunyca-T Almería, consiste en acciones de recordar, recomponerse y reorganizarse. No distanciarse de los recuerdos sino convertir una relación basada en la presencia física en otra basada en la conexión simbólica. La persona poco a poco comienza a dejar de dedicar sus energías a la pérdida y las dedica a la VIDA. Reestablecer antiguas relaciones y dedicarles más tiempo, además de hacer nuevas amistades.

 

Las tareas se basan en trabajar RECUERDOS, PENSAMIENTOS Y EMOCIONES asociados con la pérdida:

 

Aceptar la realidad de la pérdida.

 

Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida. Conseguir un equilibrio entre las emociones positivas y negativas.

 

Adaptarse a un medio donde el fallecido está ausente.

 

Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.

 

 

INDICADORES DEL FINAL DEL DUELO

 

  • Los sentimientos y emociones están más determinados por lo que pasa en su vida cotidiana que por la pérdida.
  • Es capaz de pensar en el fallecido sin dolor.
  • Vuelve a interesarse y emocionarse con la vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

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